Ayer en la clase de la Creativa con niños de 5,6,7 años descubrí que todos nacemos con un potencial creativo que la escuela nos corta.
Cuando doy clase a estos niños tengo la tentación de enseñarles algo y cuando trato de hacerlo me doy cuenta que en realidad ellos me pueden enseñar más de lo que yo puedo aportarles.
Tal vez yo tenga conocimientos, ellos tienen espontaneidad y están conectados con su cuerpo mucho más sinceramente que yo.
Se expresan con más naturalidad y sus emociones son más creíbles.
De mayor quiero ser niño, no lo dudo.